UGT denuncia la opacidad de la nueva oferta de trabajo, que muchas veces no especifica salario, tiempo de trabajo ni la formación que se requiere.
Crece el empleo. Pero la herencia de la crisis se deja notar. Por ejemplo, en la oferta de trabajo. La UGT de Catalunya denunció ayer en un informe que las ofertas que dan acceso al mercado de trabajo son en su mayoría «opacas y precarias». Sobre la base del estudio de 300 ofertas presentes en la red local de UGT y en portales públicos y privados de empleo en Catalunya, en el 72% de los casos no se especifica el salario; en el 30%, el tipo de jornada, y en un 13% no se conoce la tipología de contratación, si bien en la mayoría que sí lo dicen, un 46%, es de carácter temporal. «Los gobiernos deben comenzar a regular lo que se está ofreciendo en el mercado laboral para que sea transparente», advierte Laura Pelay, secretaria de Estado de Bienestar y Trabajo en UGT de Catalunya, que intuye «cierto interés de esconder la realidad», con un trabajador obligado a «investigar» las condiciones.
«Se acaba generando frustración porque no se sabe qué se ofrece», explica. Desde el sindicato se reivindica que para conseguir mayor transparencia «debe haber un código de conducta y una guía de buenas prácticas para las agencias». Pelay ha remarcado que «se está creando una subasta de mano de obra a causa de la gran tasa de desocupación», por lo que exige el fomento de «puestos de calidad y en condiciones» y un creciente control sobre la colaboración de las agencias de colocación con organismos públicos.
Según el estudio, en la mayoría de ofertas (el 37,4%) el salario bruto que se ofrece oscila entre los 5 y 8 euros brutos por hora, con una media de 11.375 euros brutos anuales, en doce pagas. Con este y otros datos como ejemplo, en UGT apuntan que la precariedad se ha convertido en un «factor estructural» del mercado y se subraya la debilidad en la salida de la crisis, pues se crea ocupación «de bajo valor agregado, con poca cualificación y con un trabajador mal pagado, proclive a los vaivenes de la economía», resume Pelay. En este sentido, según el informe, en un 36% de los casos se requiere un nivel EGB-ESO o certificado de estudios como formación necesaria y en un 72% sobre el total no se pide formación específica. Respecto a la experiencia, el 28% la solicitan sin especificar cuánta y otro 11% no hace ninguna mención.
En términos generales, en la línea con el discurso de los principales sindicatos, Pelay ha reiterado que la mejoría económica «no va de la mano de la recuperación social» y cree que se está dando «una recuperación con pies de barro». En este marco se dan prácticas que UGT califica de «fraudulentas», como la necesidad de darse de alta como autónomo para acceder a un puesto de trabajo, la existencia de salarios a comisión o la discriminación en las ofertas en razón del sexo o la edad.
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