Los trabajadores y trabajadoras de limpieza en hospitales merecen la atención y cobertura del Estado

En estos momentos de crisis sanitaria sin precedentes en la historia reciente de nuestro país, en los que la ciudadanía vive angustiada por la ingente información relativa al número de infectados, la evolución de la pandemia o el seguimiento de la lamentable cifra de fallecidos como consecuencia del coronavirus, hay determinados colectivos de este país, golpeado por el miedo y la incertidumbre, que han debido poner, con su esfuerzo y su profesionalidad, ese granito de arena esencial y estratégico para vencer esta denominada “guerra”, metidos desde el inicio de esta crisis en la primera línea de fuego.

El colectivo de limpiadoras y limpiadores que trabajan tanto en hospitales públicos como privados y centros de salud a lo largo y ancho del territorio español, es sin duda alguna un ejemplo de ese ejército silencioso y abnegado que combate diariamente en ese frente de guerra declarada al Covid-19. Ese combate discreto, pero constante y sostenido con el esfuerzo personal y familiar de miles de trabajadoras y trabajadores, está permitiendo que el conjunto de la sociedad de nuestro país pueda sentirse razonablemente segura y esperanzada en una, confiemos que cercana, victoria final contra el virus.

Ese colectivo de Limpieza de Hospitales, va a seguir como hasta ahora al pie de cañón en lo que quede de crisis, lo va a hacer aún poniendo en riesgo en muchos casos su salud y la de sus familias y lamentablemente, habrá de hacerlo en el más absoluto de los abandonos y de la indiferencia de las administraciones y los gobiernos frente a las justas demandas que las trabajadoras y los trabajadores y sus representantes reivindican diariamente sobre la falta de medios de protección adecuados para exponerse diariamente al virus, la necesidad de incrementos de las plantillas con la preparación y la formación adecuada o la urgente necesidad de que dejen de ser consideradas plantillas de exposición de bajo riesgo y por lo tanto puedan ser equiparadas a otros colectivos y garantizar la resolución de todas las carencias con las que desempeñan esa labor esencial para el mantenimiento de la salubridad de los centros hospitalarios.

Es fácil intuir el grado de exposición que están teniendo estas trabajadoras/as cuando ejercen su profesión de limpieza y desinfección en centros sanitarios en los que es evidente la masificación de pacientes diagnosticados como positivos, y para los que otros colectivos mantienen razonables medidas de autoprotección que en nada son equiparables al personal de limpieza que comparte con ellos estos duros momentos.

El Gobierno debe garantizar que en una situación de excepcionalidad como la que vivimos, la salud de las plantillas de los hospitales no quede en manos de empresas privadas carentes de toda capacidad de gestión de una situación de extrema gravedad como la actual y carentes de los medios necesarios para proteger a sus trabajadores. Años y años de adjudicar servicios de limpieza en los hospitales públicos como una mera subasta al mejor postor, han agudizado la insostenible situación que hoy padecemos.

Esto que hoy se convierte en una necesidad urgente, lleva siendo denunciado durante años desde  nuestra organización. El deterioro de las condiciones laborales y de condiciones de trabajo del personal de limpieza dependiente de la contratación pública, ha sido constante, pero más concretamente en los centros hospitalarios, ha sido de una gravedad tal, que hoy, ante esta situación de crisis sanitaria, nos coloca ante la evidencia de que la resolución de todas estas situaciones, deben ser objetivo político prioritario para ser resueltas con carácter de urgencia, para garantizar que el día a día de estos centros, pero muy especialmente en situaciones de posibles crisis como la actual, el sistema garantiza la prestación de este servicio esencial en las condiciones de seguridad y eficiencia que, en un país desarrollado como el nuestro, nos merecemos.

La contratación pública no puede ser el principal elemento de precarización de las condiciones laborales de las trabajadoras/es de limpieza hospitalaria

Esto ha sido caballo de batalla de nuestra organización durante la última década, desde FeSMC-UGT se lleva denunciando este hecho de forma continuada, frente a las administraciones estatales, autonómicas y locales, exigiendo que se tomasen medidas ante la evidencia del deterioro que se estaba produciendo en las condiciones de prestación de servicios de limpieza para la administración pública, como consecuencia de una Contratación Pública basada única y exclusivamente en la adjudicación al precio más bajo, con las evidentes consecuencias que esta práctica trae en relación a la prestación de servicios esenciales para la ciudadanía.

No es admisible que el Estado sea el principal responsable de la precarización de las condiciones laborales y de la prestación de servicio de miles de trabajadoras y trabajadores que, hoy demuestran en esta crisis, que resultan esenciales y que están a la altura de las exigencias que ese mismo Estado responsable de su precaria situación, les impone para acabar con esta pandemia.

El pasado 12 de febrero FeSMC-UGT, precisamente, celebraba una jornada de Contratación Pública en la que advertía “que la contratación pública y privada de servicios de limpieza y seguridad no podía seguir siendo la vía hacia la precarización”.

En esa misma jornada se advertía que la contratación de limpieza no se estaba realizando bajo parámetros de calidad de prestación de servicios sino que se había transformado en un sistema de adjudicación exclusivamente a la oferta más baja, y por lo tanto no ponderando suficientemente la calidad y la oferta técnica, que hoy tiene como consecuencia que las empresas de limpieza estén prestando sus servicios sin garantizar suficientemente la seguridad de las trabajadoras y trabajadores, mientras la administración mira hacia otro lado y no impone sanciones y criterios que corrijan esta inaceptable situación.

FeSMC-UGT exige la inclusión de los servicios de limpieza en el anexo IV de la Ley de Contratos del Sector Público

La mencionada Ley de Contratos del Sector público regula en su anexo IV los Servicios especiales en los que, de cara a la adjudicación de los mismos,  “los criterios relacionados con la calidad deberán representar, al menos, el 51 por ciento de la puntuación asignable en la valoración de las ofertas”pues entendemos que los servicios de limpieza, considerados como esenciales en determinados momentos, deben estar equiparados a aquellos otros que se encuentran encuadrados en el citado anexo IV, y por lo tanto adjudicar a la calidad en la prestación del servicio la ponderación mayoritaria que garantice siempre, pero más aún en momentos como los actuales, la correcta prestación de los servicios.

Es necesaria la toma de decisiones urgentes en un sector esencial y estratégico pero olvidado por todas las administraciones

En esta situación en la que miles de compañeras y compañeros de limpieza en general, pero muy especialmente los dedicados a la limpieza hospitalaria, vuelcan todos sus esfuerzos en contribuir, en condiciones de precariedad y de peligro para su salud, con esta guerra que la sociedad en su conjunto mantiene contra el coronavirus, es de justicia que esa misma sociedad conozca de la urgencia de las reclamaciones justas, necesarias y vitales pare este colectivo.

Desde FeSMC-UGT, queremos reconocer y resaltar el esfuerzo y el trabajo de todas las trabajadoras y trabajadores de limpieza. Que reciban nuestro aplauso y nuestro reconocimiento es de justicia, como lo es también aprovechar para exigir lo que durante años llevamos reclamando al Gobierno y a las distintas Administraciones:

  • Consideración del personal de limpieza como personal de alto riesgo.
  • Entrega urgente de todos los equipos de protección necesarios para desarrollar su trabajo con la seguridad suficiente.
  • Incremento de plantillas e incremento de la formación adecuada.
  • Inclusión de la limpieza en el anexo IV de la Ley de Contratos del Sector Público, para que en la adjudicación de contratos la calidad tenga un peso igual o superior al 51%.
  • Cobertura inmediata de bajas del personal en los centros.
  • Control y seguimiento por parte de la Administración durante la ejecución del contrato.
  • Ante situaciones de excepcionalidad como la que vivimos, la Administración no puede mirar hacia otro lado ante los problemas y debe garantizar también las condiciones de trabajo de las contratas que se encuentran bajo su responsabilidad.

Las trabajadoras y trabajadores de limpieza hospitalaria no han fallado a la sociedad y trabajan duramente en estos tiempos para mantener instalaciones vitales y esenciales en perfectas condiciones de higiene y salubridad, aún estando permanentemente expuestas a los riesgos que esto conlleva.

Por todo ello, debemos exigir a Gobiernos y administraciones que saquen del olvido a este colectivo que presta un servicio considerado esencial y en justa correspondencia con el esfuerzo que realizan diariamente para dar servicio al conjunto de la ciudadanía, tome las decisiones necesarias para resolver esta insostenible situación en la que se encuentra.

Se merecen nuestro más efusivo aplauso y nuestro reconocimiento a la labor que realizan. Ánimo y fuerza, pero también justicia, para todas las compañeras y compañeros de los servicios de limpieza.

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