En lo que va de año el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas es de 48, una cifra escandalosa que supone el crudo final de la violencia que sufren las mujeres y que afectan no sólo a su salud, sino a su integridad, dignidad y vida laboral. Esto constituye, según la Organización Mundial de la Salud, un gran problema de salud pública y una constante violación de los derechos humanos. La ONU también se pronuncia al respecto, instando al Gobierno a reforzar y ampliar la inversión en la protección social de las mujeres víctimas de violencia, y solicitando específicamente el restablecimiento del Ministerio de Igualdad, así como el aumento de los recursos del Instituto de la Mujer. A pesar de ello, el Gobierno del Partido Popular ha recortado un 17% la partida presupuestaria destinada al efecto y un 43% la de políticas de igualdad.
En el ámbito laboral, los datos de violencia contra las mujeres siguen siendo vergonzosos: la Unión Europea cuantifica en un 40% las mujeres que han sufrido acoso sexual en el trabajo. Por este motivo la Confederación Sindical Internacional (CSI), a la que pertenece nuestra organización, ha instado a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a que cree una norma específica que permita combatir de manera eficaz la violencia de género en el lugar de trabajo. En este sentido, UGT ha solicitado al Gobierno de España que apoye su elaboración y desarrollo.
Por otra parte, somos conscientes de que la crisis ha significado en muchos casos la expulsión del mercado laboral de las mujeres, precarizando su situación y obligándolas a retornar al rol tradicional de los cuidados del hogar y la familia y a la dependencia económica del hombre, lo que incrementa el riesgo de exposición a la violencia machista.
Por todo lo expuesto, desde UGT consideramos prioritario intensificar la formación específica para quienes negocian convenios y planes de igualdad; introducir en la negociación colectiva garantías de protección laboral; establecer canales de colaboración con las administraciones públicas y los interlocutores sociales para mejorar la difusión de la información; protección integral contra la violencia de género mediante campañas en los medios de comunicación.
En un día como hoy, también condenamos la violencia sexual en los conflictos armados, una grave atrocidad que afecta a millones de personas, principalmente a mujeres y niñas, y denunciamos los integrismos religiosos y culturales que justifican la violencia contra las mujeres, por lo que instamos a las autoridades y organismos responsables a actuar contra todo tipo de violencia, explotación sexual, exclusión y feminización de la pobreza.