El afán de protagonismo de algunos no tiene límites. Aunque hemos hecho caso omiso de las provocaciones e insultos en sus comunicados, CCOO ha ido demasiado lejos esta vez impugnando el Convenio de Logirail firmado el pasado 30 de diciembre de 2016. ¿Sus argumentos? Alegan falta de legitimidad porque la RLT sólo pertenece a determinados territorios (Asturias, Zaragoza, Madrid, Catalunya…), defendiendo que el convenio sólo sería de aplicación a estos territorios y pasando el resto a quedar desregulados.

Pero la realidad es bien distinta. CCOO nunca hizo caso a este convenio, ni a los trabajadores de Logirail. Sólo tras perder las elecciones por su desidia, y después de que UGT se preocupase y ocupase de alcanzar un acuerdo para regular las condiciones de estos trabajadores/as, ellos dieron un paso al frente, reclamando la aplicación del Convenio de Contratas. Es decir, reclamando algo que ellos mismos saben harto difícil.

Al margen de que la moralidad de esta estrategia sindical nos parezca cuestionable, respetamos las actuaciones que cada organización lleve a cabo. Pero lo que NO PODEMOS COMPRENDER ES QUE UN SINDICATO APUESTE, como lo está haciendo ahora CCOO, por la DESREGULARIZACIÓN DE LAS CONDICIONES DE LOS TRABAJADORES, por la CAÍDA DE UN CONVENIO que de sobra saben que mejora, en varios aspectos, a otros del sector ferroviario, y por la DESPROTECCIÓN de cientos de trabajadores/as. Si se salen con la suya, los trabajadores/as de Logirail se quedarán sin convenio y todas las mejoras logradas en él caerán en saco roto, y sus condiciones laborales pasarán a ser de mínimos, es decir, las establecidas en el Estatuto de los Trabajadores.

Lógicamente, desde UGT ya estamos tomando todas las medidas jurídicas y sindicales oportunas para salvaguardar este convenio (que mejoró el ámbito económico y fue especialmente innovador en los aspectos sociales) firmado por los delegados y delegadas tras mucho esfuerzo, y cuyo trabajo fue esencial para materializar muchas de las reivindicaciones de la plantilla.