No quiero nada para mí, lo quiero para todas las mujeres del mundo. Estoy harta de leer cada día que nos han violado, que otra “manada” ha vuelto a usar nuestro cuerpo porque les apetecía… total, para lo que les pasa.
Estoy harta de, casi cada semana, leer que nos han vuelto a matar porque no aceptan que la relación se ha acabado, porque no queremos más golpes, abusos, insultos. Y aquí aún es peor, muchos de estos desgraciados se matan, porque aún se creen que somos de su propiedad; y o de ellos o de nadie. También matan a nuestros hijos.
Estoy harta de leer que las mujeres hacemos denuncias falsas de maltrato. Un porcentaje ínfimo, y condenable, está claro, ante las miles de maltratadas y las miles de denuncias que no se ponen por miedo. Estoy harta de leer que alguien que salió a correr en leggins, o de fiesta en minifalda, o al súper en tejanos y tacones o que usa tanga es culpable de que la violen y la maten. “Es que como vestía…”. Volvemos a lo mismo, ¿por qué cualquier mindundi se cree con derecho a utilizar nuestro cuerpo y luego matarnos?
Estoy harta de escuchar que si llevamos una minifalda, somos unas putas; si nos acostamos con muchos hombres, somos unas putas; si vamos muy escotadas, somos una putas… ¿Y quién decide ningún número en mi vida? Te aseguro que tú no, machito de turno. Yo decido en mi vida y en mi cuerpo. Y claro, vosotros siempre los reyes de la fiesta; cuantas más pasemos por vuestra cama, mejor reputación.
Estoy harta de escuchar a las mujeres divorciadas cómo esos padres de nuestros hijos se creen con derecho de dirigir nuestras vidas por compartir un hijo: va a ser que no, caballero; si no superáis un divorcio, es vuestro problema, porque no somos vuestras. Somos libres con y sin vosotros.
Estoy harta de trabajar, estudiar, estar, incluso, mejor preparada, y estar siempre en inferioridad: cobramos menos, trabajamos el doble, nos encargamos de la casa, los niños, los abuelos. Por favor, ya está.
Harta de que solo, mediante una leyes, pobres e inútiles, tenga una pequeña oportunidad de igualdad: brecha salarial, listas políticas…
Estoy hasta los ovarios de que nos juzguen, de que nos maten, de tener miedo de salir a correr sola, de tener miedo a viajar sola y a hacerlo, claro está, con un spray en el bolsillo.
No quiero ser valiente, quiero ser libre como tú, que lees esto… ¿A ti alguna vez una mujer te ha violado y matado mientras salías a correr? La respuesta es no. Queremos que nos veáis como personas, que el género es igual, que somos iguales con las diferencias de la naturaleza, ¿y no está bien?
Soy feminista y os aseguro que adoro a los hombres. Definirse feminista es para luchar por una igualdad real y efectiva. Cuando lo logre, dejaré de estar en inferioridad ante el hombre y podré volver a ser una persona, sin este adjetivo que ahora utilizo con mucho orgullo.
Mar Vázquez Oliveros, Secretària d’Igualtat i de Moviments Socials de la UGT de les Comarques de Tarragona (article publicat al Diari de Tarragona 08/01/2019)