Los avances son casi imperceptibles, dado que los podemos centrar en las modificaciones legislativas que ha habido desde la firma del convenio anterior hasta la fecha.

O lo que es lo mismo, las patronales acceden exclusivamente a cumplir la legalidad vigente.

No hay avances en nada más, en aspectos como transformación digital, derechos digitales, teletrabajo, protocolos de acoso e incluso formación: redactados que dicen  poco y obligan a menos.

La desregularización del horario y la eliminación de los topes del horario partido del artículo 15.3 a través de la propuesta de crear un “gestor digital” es inadmisible para UGT.

Aunque se vanaglorian de que el sector ha apostado por la conservación del empleo y que no nos parecemos a los bancos y extintas cajas, la realidad es que los empleados somos iguales que nuestros compañeros y compañeras de otros convenios, parece ser que tenemos que ser los trabajadores y trabajadoras los que paguemos “ese mantenimiento del empleo” con recortes de derechos y ausencias de subidas salariales.

Si realmente las patronales fueran distintas a la AEB y a la CECA, valorarían a sus plantillas y no llevarían dos años y medio negociando un convenio con la única intención de recortar derechos.

Próxima reunión 17 de mayo, vencimiento de la prórroga 31 de mayo, mucho nos tememos que habrá que ampliarla mientras las patronales sigan erre que erre.