Las empresas de seguridad privada deben reaccionar ante las intensas olas de calor

UGT ha vuelto a reiterar que las empresas de seguridad y de servicios auxiliares deben garantizar todas aquellas medidas necesarias dispuestas en el RD Ley ante las olas de calor y que ponen en riesgo la salud del conjunto de personas trabajadoras a su cargo.

La seguridad privada realiza sus servicios en muchas ocasiones en lugares que no garantizan una resistencia suficiente a las temperaturas que en forma elevada se están produciendo cada vez con mayor asiduidad en nuestro país. Servicios prácticamente a la intemperie y en ocasiones en recintos o lugares cerrados donde las personas trabajadoras son sometidas a elevadas temperaturas durante su jornada laboral. Análoga situación se produce sobre el colectivo de servicios auxiliares también durante el desempeño de sus funciones.

En este sentido UGT insiste en la obligación legal “que compete a las empresas en relación a tomar las medidas adecuadas para la protección de las personas trabajadoras frente a cualquier riesgo relacionado con fenómenos meteorológicos adversos donde se incluye las temperaturas extremas. Incluso el RD Ley establece que en aquellos casos donde no se pueda garantizar la debida protección de la persona trabajadora las medidas preventivas incluirán la prohibición de desarrollar determinadas tareas durante las horas del día de mayor peso climático”.

Paralelamente a poner en conocimiento de las distintas asociaciones empresariales del sector esta necesidad además avalada por Ley. UGT ha instado a sus delegados y delegadas de prevención distribuidos por las diferentes empresas en el conjunto del territorio nacional, de la necesidad de prevenir este tipo de situaciones y no dudar en poner en conocimiento de las distintas inspecciones de trabajo cualquier tipo de irregularidad observada sobre un aspecto vital para la salud del colectivo de trabajadores y trabajadoras.

UGT subraya una vez más, que el personal de seguridad privada viene sometido a continuas agresiones en sus puestos de trabajo donde empresas, instituciones y clientes siguen escondidos y sin reaccionar. A estas agresiones no se pueden sumar ahora las agresiones térmicas también con la pasividad de empresas y propios clientes

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