Alcampo despide de forma arbitraria a dos trabajadores, uno de ellos delegado sindical de UGT

Lamentablemente, a pesar de la cultura sindical que existe entre la ciudadanía de nuestro país y del reconocimiento que las organizaciones sindicales tienen en las instituciones democráticas -empezando por la propia Constitución, donde se reconoce y avala nuestro papel en sociedad- siguen existiendo entidades privadas, como la empresa Alcampo, uno de los referentes del sector de grandes almacenes, que desprecian esa realidad.

El pasado 22 de febrero, la Dirección de Recursos Humanos de Alcampo comunicó a la sección sindical de UGT en la ciudad de Teruel el despido -por falta muy grave- de un trabajador y una trabajadora del hipermercado Alcampo Teruel, ubicado en la carretera Sagunto s/n de la citada localidad. Las causas esgrimidas son el consumo de productos desechados en contenedores que para este fin se localizan en el muelle de carga y descarga y que, según el reglamento de la empresa, no deben ser utilizados o recuperados por personal de la empresa.

Sin entrar a valorar esta acción, que podría ser sancionable, en ningún caso puede acabar con una medida extrema como el despido de los trabajadores afectados, con más de diez años de antigüedad y una profesionalidad acreditada en el cumplimiento de sus obligaciones laborales. Las consecuencias de un acto como este, más aún en el actual contexto económico, ponen en jaque las economías domésticas de dos familias trabajadoras.

En toda esta situación, subyace una realidad que enlaza, directamente, con el primer párrafo de este comunicado: el respeto a los derechos sindicales y al papel de las organizaciones sindicales en una sociedad democrática. Y es que, casualmente, uno de los trabajadores despedidos iba a integrarse en nuestras siglas como delegado sindical en próximas fechas. La maniobra de Alcampo contra UGT favorece de manera directa, también por casualidad, al sindicato Fetico, que, como es sabido, tiene una clara e histórica afinidad con las empresas y en defensa de los intereses patronales. Como se ve, todo son casualidades.

Las políticas antisindicales no son una novedad en algunas empresas de nuestro país, pero sí resulta llamativo y alarmante que grandes empresas multinacionales las lleven a cabo de manera tan burda, como es el caso que nos ocupa y que denunciamos.

UGT recurrirá esta medida -el despido fulminante- por considerarla desproporcionada, injusta y antisindical. Nos tememos que ambos compañeros estén pagando las consecuencias de la firme actitud de UGT en los distintos ámbitos de negociación que tenemos abiertos con esta empresa, donde la defensa del interés de los trabajadores y la mejora de sus condiciones laborales y salariales son nuestra prioridad.

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